El Coronel Juan Alberto Perote, responsable de los Comandos Operativos del CESID bajo el mandato socialista, revela en este libro lo que ni periodistas ni escritores de ficción han logrado contar sobre el lado humano y la cara oculta del espionaje.
Protagonista principal del escándalo de las escuchas telefónicas a relevantes personalidades del Estado, aportadocumentación inédita y sorprendente sobre la lucha del CESID contra los servicios de inteligencia del Este; su implicación en el 23-F; la creación del GAL; los insólitos métodos de trabajo del espionaje internacional; la colaboración de miembros de los servicios secretos con Mario Conde; la entrevistas de Pedro J. Ramírez y Adolfo Suarez con el CESID; la verdadera negociación del abogado Jesús Santaella con Felipe González, y la política de penetraciones de los espías españoles en ETA...
Su relato, riuroso y documentado, ofrece un testimonio único y esclarecedor sobre aspectos hasta ahora desconocidos en la historia de la Monarquía y la democracia españolas.
JUAN
ALBERTO PEROTE nació el 25 de septiembre de 1938 en Valladolid, en el
seno de una familia de tradición militar, siendo nieto, hijo y hermano
de militares. Estudió
el bachillerato en el Colegio de San José, regido por los jesuitas en
su ciudad natal. A continuación ingresó en “Forja”, el Colegio
Preparatorio Militar fundado por Luís Pinilla al amparo del Frente de
Juventudes, donde se instruyó para el acceso a la Academia General
Militar. En su primer libro (“Confesiones de Perote”, RBA Libros, 1999), él mismo definía aquella escuela como “una especie de seminario laico”, reconociendo deber precisamente a ese origen formativo su personal “bagaje progresista”.
En dicha obra también declaró su posterior proximidad a la Unión
Militar Democrática (UMD), de la que uno de sus hermanos mayores, el
entonces capitán de Infantería Javier Perote, fue miembro reconocido.
Juan
Alberto Perote ingresó como cadete en la Academia General Militar en
1959. En 1964 obtuvo su primer destino como teniente en el Regimiento de
Infantería “Melilla” nº 52. A continuación complementó su formación
militar obteniendo los diplomas de Mando de Tropas de Montaña,
Paracaidista y Operaciones Especiales, así como los de Educación Física y
de Carros de Combate. Su peculiar preparación y su mentalidad deportiva
le llevó a permanecer destinado en la Escuela de Alta Montaña de Jaca
durante siete años como oficial de instrucción de los Comandos de
Operaciones Especiales (COE,s). Más
tarde, ocupó plaza como profesor en la Escuela Central de Educación
Física del Ejército de Toledo, destino acorde con la licenciatura en
Ciencias de la Educación Física por la Universidad Autónoma de Madrid
que obtuvo de forma paralela a su formación militar, y también con su
condición de presidente de la Federación Española de Pentlatón Moderno
(FEPM). Esa representación federativa y su conocimiento de varios
idiomas (inglés, ruso e italiano), le permitieron una fácil introducción
en la Europa del Este.
Como
capitán estuvo destinado en la Policía Armada, cumpliendo el mando de
tropa necesario para el ascenso a comandante. Tras haber colaborado de
forma esporádica con el Alto Estado Mayor, en 1979 se incorporó al
CESID, estando entonces dirigido por el general Gerardo Mariñas y con el
teniente coronel Javier Calderón al frente de su secretaría general. Después
de permanecer dos años vinculado al Área de Contrainteligencia del
Este, y como consecuencia de que los acontecimientos del 23-F obligaron a
cesar al comandante Cortina y al capitán García-Almenta, como primer y
segundo jefe respectivamente de la denominada Agrupación Operativa de
Medios Especiales (AOME), en mayo de 1981 ocupó este último cargo ya con
el empleo de comandante. A continuación, en 1982, cuando el nuevo
director del CESID, Emilio Alonso Manglano, decide desprenderse de Juan
Ortuño y otros colaboradores afines a Javier Calderón, Perote fue
nombrado jefe de la unidad.
En
ese destino ascendió a teniente coronel, continuando en él hasta que en
1991, y recién obtenido el empleo de coronel, lo abandona de forma
pactada, después de doce años de servicio, con objeto de desentenderse
de las intrigas internas y de los problemas generados por la lucha
irregular contra ETA, puesta en marcha a través de los GAL. En ese
momento asumió la dirección de los servicios de seguridad de la empresa
petrolera de titularidad pública REPSOL. En
1995, el coronel Perote fue acusado de proporcionar información
clasificada a Mario Conde, siendo absuelto del delito de revelación de
secretos de Estado por la justicia civil, pero no por la jurisdicción
militar, que en principio le condenó a siete años de cárcel. Sin
embargo, recurrido el procedimiento en todos sus términos ante el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo, su
reclamación (45238/99) fue resuelta de forma favorable.
RBA
1999
90€
Libro autografiado por el autor
Libro descatalogado